La educación – Los ojos de Jehová: La cosmovisión bíblica

Versículo para memorizar. Proverbios 15:3. “Los ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos”.

Una cosmovisión es una visión o concepción global del universo. Es decir, la forma en la que entendemos y explicamos el mundo que nos rodea. De nuestra cosmovisión depende la forma en la que actuamos, las decisiones que tomamos y la manera en la que nos relacionamos con los demás. Para la cosmovisión bíblica, es fundamental no solo la proposición de que Dios existe, sino también de que es un Dios personal que interactúa con su Creación.

LOS OJOS DE JEHOVÁ

“Dice el necio en su corazón: No hay Dios” (Salmos 53:1a).

Existen dos tipos principales de cosmovisión:
COSMOVISIÓN ATEA

• El Universo y todo lo que contiene simplemente existe.
• No existen dioses ni entidades sobrenaturales.
• No hay sentido ni propósito para la vida, aparte de la propia subsistencia.

COSMOVISIÓN TEÍSTA

• El Universo y todo lo que contiene fue creado por Dios.
• Dios existe y se preocupa por su Creación.
• Fuimos creados con un propósito: vivir eternamente junto a nuestro Dios.

La Biblia nos enseña que Dios es un Dios personal que nos ama y que interactúa con su Creación. No solo es Omnipotente, Omnisciente y Omnipresente, sino que se preocupa por cada uno de nosotros individualmente y anhela nuestra compañía.

LA PREGUNTA DE LEIBNIZ

“Yo hice la tierra, y sobre ella formé a la humanidad. Mis propias manos extendieron los cielos, y di órdenes a sus constelaciones” (Isaías 45:12 NVI).

La Biblia comienza dando por sentado dos hechos fundamentales: Dios existe y ha creado el Universo (Génesis 1:1). De estas realidades emanan todas las demás enseñanzas bíblicas: la Ley, la Redención, la resurrección, …No aceptar la Creación realizada por Dios en seis días anula todas las demás doctrinas. O la Biblia enseña la verdad en todo, o ella miente. No en vano la Creación es uno de los temas más repetidos en la Biblia (Gn. 14:9; Éx. 20:8-11; Ecl. 12:1; Mal. 2:10; Jn. 1:1-4; Ro. 1:25; Col. 1:6; 1P. 4:19; Ap. 5:13; 14:6-7; …). Aceptar una evolución de millones de años, ya sea que Dios haya intervenido o no en ella, es negar la Biblia como Palabra inspirada de Dios.

LA COSMOVISIÓN BÍBLICA

“para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error” (Efesios 4:14).

Nuestra cosmovisión afecta a la manera en que vemos e interpretamos nuestro entorno. Por ejemplo, al observar un arcoíris, una cosmovisión atea verá solo un fenómeno físico hermoso. Sin embargo, una cosmovisión bíblica verá en ese fenómeno físico un recordatorio de la promesa divina de no volver a destruir la tierra con un diluvio (Génesis 9:9-17). La cosmovisión bíblica se sustenta en un conjunto de doctrinas que nos enseñan:

• Cómo vivir.
• Cómo tomar decisiones morales.
• Cómo convivir con nuestros semejantes.
• Cómo interpretar el mundo que nos rodea.
• Qué podemos esperar del futuro.

Por lo tanto, la educación cristiana debe estar arraigada y cimentada en la Biblia.

ADORAD AL REDENTOR

“siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Romanos 3:24).

Cuando el hombre pecó, Dios no dio por malograda su Creación. Tenía preparado un plan redentor: el mismo Creador moriría para salvar a sus criaturas (Juan 1:1-14; Marcos 10:45). Éste es el “evangelio eterno” que estamos llamados a proclamar al mundo, y que está íntimamente unido a la Creación (Apocalipsis 14:6-7). El Plan de Redención fue concebido por Dios antes de la Creación e incluye, no solo la muerte y resurrección de Jesús, sino también la bienaventurada esperanza de su Segunda Venida (1ª de Pedro 1:18-20; Tito 2:13).

LA LEY DE DIOS

“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12).

Para la cosmología atea, no existe una verdad absoluta, sino que todo es relativo. Por tanto, las decisiones morales son relativas. Eso permite que distintos países dicten leyes distintas sobre el comportamiento moral de las personas. Sin embargo, en la Biblia encontramos una norma absoluta, inmutable, eterna y de obligado cumplimiento para todo ser humano: La Ley de Dios (Éxodo 20:3-17; Salmo 119:142). Su violación es castigada con la muerte (Romanos 3:20). De ahí la necesidad de un Plan de Redención (Romanos 6:23). Esta Ley está basada en el amor y el respeto hacia Dios y hacia nuestros prójimos (Marcos 12:29-31). Es el código moral que nos muestra lo que realmente es correcto a la vista de Dios.

Nota de EGW: “Solamente en la Palabra de Dios encontramos una auténtica narrativa de la creación…
En la Palabra de Dios la mente encuentra material para el pensamiento más profundo, las aspiraciones más elevadas… En ella contemplamos cómo la Majestad celestial se humilló y se convirtió en nuestro sustituto y garantía para vérselas a solas con las potencias de las tinieblas y ganar la victoria en nuestro favor. Una meditación reverente sobre temas como éstos no podrá menos que ablandar, purificar y ennoblecer el corazón y, a la vez, impartir a la mente nuevo poder y vigor” (Testimonios para la iglesia, tomo 5, pg. 24).