Salvación solo por la fe – Libro de Romanos – La condición humana

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”Romanos 3:23 [pdf-lite linktext=»Descargar este resumen en PDF» icon=»2″ titlepage=»Resumen del Estudio Bíblico»]

Versículo para memorizar. Romanos 3:23. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”

Al comienzo del libro de Romanos Pablo busca establecer una verdad crucial, que es fundamental para el evangelio: el estado lamentable de la condición humana. Esta verdad existe porque, desde la Caída, todos nos hemos contaminado con el pecado. Está tan entretejido en nuestros genes como el color de nuestros ojos.

EL PODER DE DIOS.

“No me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos, primeramente, pero también de los gentiles. De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: ‘El justo vivirá por la fe’ ” (Rom. 1:16, 17, NVI).

En este pasaje aparecen varias palabras clave:

• Evangelio. La buena noticia es que el Mesías ha venido, y la gente puede salvarse creyendo en él. Es en Jesús y en su perfecta justicia (y no en nosotros mismos, ni siquiera en la Ley de Dios) que podemos hallar salvación.• Justicia. Esta palabra se refiere a la cualidad de ser “justo” ante Dios. Esta es la única justicia suficientemente buena para aportarnos la promesa de la vida eterna.• Fe. En griego, las palabras que en este pasaje se traducen como “creen” y “fe”.

TODOS HEMOS PECADO

“Así está escrito: «No hay un solo justo, ni siquiera uno; no hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios. Todos se han extraviado; por igual se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno, no hay ni siquiera uno“” (Romanos 3:10-12 NVI).

No solo somos pecadores, sino que además somos incapaces de elegir hacer el bien. El Espíritu Santo es el único que puede crear en nosotros:

• El convencimiento de que somos pecadores.• El abandono del orgullo propio.• El deseo de ir a Jesús para obtener el perdón.• Un cambio de vida.

“De hecho, no hay distinción, pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios” (Romanos 3:22-23 NVI).

¿PROGRESO?

“Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles” (Romanos 1:22-23 NVI).

A principios del siglo XX, la gente vivía con la idea de que la humanidad estaba mejorando, que la moralidad iba en aumento, y que la ciencia y la tecnología ayudarían a marcar el inicio de una utopía. El siglo XX fue uno de los más violentos y brutales de toda la historia, en gran medida, gracias (irónicamente) a los avances de la ciencia, lo que posibilitó mucho más que los hombres se mataran unos a otros a una escala que los locos más depravados del pasado apenas habrían podían imaginar. Quizá necesitemos fe para creer en muchas cosas acerca del cristianismo: entre ellas, la resurrección de los muertos, la Segunda Venida, y un cielo nuevo y una Tierra nueva

LO QUE TIENEN EN COMÚN JUDÍOS Y GENTILES

“Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas;  pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?” (Romanos 2:1-3).

El creyente se gloría de no ser como los “paganos” y los juzga. Pero ¿acaso no peca el creyente como el incrédulo?Dios también juzga al creyente y le exige más que al no creyente, porque le ha dado más conocimiento de la verdad que a aquel.

“He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios, y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor, y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad. Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio? Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios? Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros” (Romanos 2:17-24)

La única solución para el creyente es entregarse a Dios cada momento de su vida. Tanto el creyente como el no creyente, hombre o mujer, rico o pobre (da igual su condición); todos somos pecadores y estamos condenados. Si no fuera por la gracia de Dios, no habría esperanza para ninguno de nosotros.

EL EVANGELIO Y EL ARREPENTIMIENTO.

“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío, primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” (Romanos 1:16-17)

La justicia de Dios implica que todo el que tenga fe en el Evangelio (la muerte de Jesús en la cruz) obtendrá la salvación. Cuando creo en la muerte de Jesús por fe, esta fe me lleva a confiar cada vez más en Dios. A través de la fe tenemos vida y somos declarados justos. La forma en que el pecador puede aferrarse a la salvación que Dios ha provisto (la muerte de Jesús) es la fe que lleva al arrepentimiento y a un cambio de vida.

“¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento?” (Romanos 2:4 NVI)

EL PECADOR ARREPENTIDO.

“Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad… pero gloria, honor y paz para todos los que hacen el bien, los judíos primeramente, y también los gentiles” (Romanos 2:7,10 NVI)

EL PECADOR NO ARREPENTIDO.

“Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad, recibirán el gran castigo de Dios. Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen el mal, los judíos primeramente, y también los gentiles” (Romanos 2:8-9 NVI)Nota de EGW: “El Señor considera de supremo valor la santidad de su pueblo, y permite que sobrevengan reveses sobre individuos, familias e iglesias, con el propósito de que su pueblo pueda discernir el peligro en que se halla y se sienta inducido a humillar su corazón en arrepentimiento delante de él. Tratará con ternura a los que yerran. Les dirigirá palabras de perdón y los vestirá con el manto de la justicia de Cristo. Los honrará con su presencia. Hoy, en el gran día de la expiación, es nuestro deber confesar nuestros pecados y reconocer la misericordia y el amor de Dios al perdonar nuestras transgresiones. Agradezcamos a Dios por las amonestaciones que nos ha dado para salvarnos de nuestros perversos caminos. Ofrezcamos un testimonio de su bondad manifestando un cambio en nuestra vida” (Hijos e hijas de Dios, pg. 263).

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