Unidos en Cristo – La unidad y las relaciones rotas

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Versículo para memorizar. Romanos 5:10. “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su
Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida”.

Aunque nuestra unidad está basada en la unión individual con Cristo, también se ve afectada por las relaciones interpersonales. La Palabra de Dios nos brinda ejemplos de problemas de interrelación entre los hermanos, y nos enseña a restaurar la unidad.

AMISTAD RESTAURADA.

“Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio” (2ª de Timoteo 4:11).

Pablo y Bernabé pasaron mucho tiempo juntos. Pero su amistad peligró a causa de una grave disputa sobre Juan Marcos (Hechos 15:36-39). Pablo no estaba dispuesto a dar una segunda oportunidad a Marcos porque les había abandonado en su viaje anterior. Bernabé, sin embargo, seguía confiando en Marcos. El apóstol de la gracia necesitaba aprender a extender su gracia a quien lo había decepcionado. Con el tiempo, el ministerio de Pablo se vio enriquecido por el ministerio de Marcos, y buscó su ayuda y compañía.

DE ESCLAVO A HIJO.

“Porque quizás para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre” (Filemón 1:15).

Onésimo abandonó su puesto de trabajo (esclavo) llevándose algo que pertenecía a su empleador (amo). En la actualidad, Filemón podría haber puesto una demanda contra Onésimo. En aquel tiempo, podía disponer de su vida a su antojo. Si Filemón albergaba amargura hacia su esclavo huido, su testimonio como dirigente de la iglesia de Colosas podía verse afectado. Pablo intervino como mediador entre estos dos hombres. Él mismo estaba dispuesto a pagar lo hurtado. Pero confiaba en el amor cristiano de Filemón para tratar a Onésimo como hermano (más allá de su relación laboral).

DONES ESPIRITUALES PARA LA UNIDAD.

“Hay diversas maneras de servir, pero todas lo son por encargo de un mismo Señor” (1ª de Corintios 12:5 DHHe).

En Corinto había un evidente problema de unidad (1Co. 1:11-12). No habían comprendido todavía que Dios usa distintos dirigentes y distintos ministerios para llevar a cabo su obra. Y que todos ellos son de la misma importancia ante Dios. De los consejos de Pablo a los Corintios podemos aprender que:

• Dios nos llama a cooperar, no a competir.
• No hay dones mayores o menores, sino que cumplen distinto propósito.
• No hay personas superiores o inferiores, sino con distintas capacidades.
• No hay lugar para el orgullo o la infravaloración, porque todo el mérito es de Dios.

EL PERDÓN.

“en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados” (Colosenses 1:14).

No es nuestro arrepentimiento o nuestra confesión la que nos otorga el perdón, sino la muerte de Cristo en la cruz. La confesión es solo el medio por el cual podemos solicitar el perdón. Dios no nos concede el perdón porque cambie su actitud hacia nosotros, sino porque cambia nuestra actitud hacia Él. Recibir los beneficios del perdón divino implica que nosotros también debemos perdonar a los demás sus ofensas (Mateo 18:21-35). El perdonar a otros es vital para nuestro bienestar espiritual y libera al otro de nuestra condena. Elimina nuestro rencor hacia el ofensor, aun cuando nuestro perdón no sea aceptado por él.

Nota de EGW: “Si tus hermanos yerran debes perdonarlos. Cuando vienen a ti confesando sus faltas, no debes decir: No creo que sean lo suficientemente humildes. No creo que sientan su confesión. ¿Qué derecho tienes para juzgarlos, como si pudieras leer el corazón? … Nosotros mismos debemos todo a la abundante gracia de Dios. La gracia en el pacto ordenó nuestra adopción. La gracia en el Salvador efectuó nuestra redención, nuestra regeneración y nuestra exaltación a ser coherederos con Cristo. Sea revelada esta gracia a otros” (Palabras de vida del gran Maestro, pg. 195).

LA RESTAURACIÓN Y LA UNIDAD.

“deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:24).

¿Qué tres pasos nos indica Jesús en Mateo 18:15-17 para ayudarnos a resolver conflictos cuando otro miembro de la iglesia nos hace daño?

• Resolver las diferencias en privado y con el espíritu de amor cristiano.
• Llamar a una o a dos personas neutrales para que medien en el conflicto.
• Convocar a la Junta directiva de la Iglesia con el propósito de conseguir la reconciliación.

Estos pasos deben seguirse en el orden indicado. El proceso concluye cuando se ha conseguido la reconciliación y restaurada la unidad. Cuantas más personas se vean involucradas en el proceso, más difícil será la reconciliación.

Nota de EGW: “Es de suma importancia entender que el pueblo de Cristo debe estar unido en uno; pues esta unidad liga a los hombres con Dios con los lazos dorados del amor, y coloca a cada uno bajo una obligación de obrar por sus semejantes… No han de levantarse muros de división entre hombre y hombre. Cristo, como el gran centro, debe unir a todos en uno” (Fundamentals of Christian Education, p. 479).

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