Unidos en Cristo – La experiencia de la unidad en la iglesia primitiva

[pdf-lite linktext=»Descargar este resumen en PDF» icon=»2″ titlepage=»Resumen del Estudio Bíblico»]

Versículo para memorizar. Hechos 2:42. “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el
partimiento del pan y en las oraciones”

En los comienzos de la Iglesia podemos ver un claro ejemplo de unidad.
¿Cómo se consiguió esta unidad? ¿Es posible alcanzar esa misma unidad en la Iglesia hoy?

DÍAS DE PREPARACIÓN.

“Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos” (Hechos 1:14).

Antes de dejarlos, Jesús les prometió a sus seguidores que vendría un Consolador. Éste haría una obra especial en ellos:

• Les recordaría lo que Jesús había dicho (Juan 14:26).
• Les descubriría nuevas verdades (Juan 16:13).
• Les ayudaría a testificar a todo el mundo (Hechos 1:8).

Durante 10 días, se prepararon para recibir este Don:
Oraban; Recordaban el tiempo pasado con Jesús; Se arrepentían y confesaban sus pecados; Rogaban por el Espíritu Santo; Dejaban aparte sus diferencias.

Cuanto más cerca estaban de Jesús, más se unían unos con otros.

DE BABEL AL PENTECOSTÉS.

“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos” (Hechos 2:1).

La fiesta de Shavuot (semanas) o Pentecostés (día 50) era una doble celebración. Por un lado, se conmemoraba la entrega de la Ley en Sinaí. El nacimiento de la nación de Israel coincidía con el nacimiento de la Iglesia. La Ley y el Evangelio se encontraban. Por otra parte, era una fiesta de acción de gracias por los bienes recibidos y por los que habían de venir. Ese día se ofrecían las primicias de la cosecha que comenzaba. El Espíritu Santo se encargó de recoger estas primicias (3.000 almas) dotando a los discípulos de la capacidad de hablar en las diversas lenguas de sus oyentes. La confusión de lenguas en Babel creó desunión. La ruptura de esta barrera generó unión, permitiendo que todos pudiesen unirse en Cristo.

CONFRATERNIDAD.

“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hechos 2:42).

Al escuchar el testimonio de la resurrección y exaltación de Jesús, las personas fueron movidas al arrepentimiento, y recibieron el perdón de sus pecados en el nombre de Jesús.
A partir de ese momento, decidieron dedicar tiempo a su Salvador:

• Tiempo para la instrucción bíblica.
• Tiempo para hablar unos con otros y aprender acerca de Jesús.
• Tiempo para comer juntos.
• Tiempo para orar en comunidad.

Esta dedicación generó unidad entre ellos. También fue un gran testimonio para aquellos que los observaban (Hechos 2:43)

LA GENEROSIDAD Y LA CODICIA.

“Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido” (Hechos 4:34).

Una expresión concreta de su unidad y del amor mutuo que se profesaban era la generosidad.
Nadie decía ser suyo nada de lo que poseían, sino que estaban dispuestos a compartirlo con los demás, según sus necesidades. Se resalta a Bernabé como un ejemplo de esta generosidad desinteresada (Hechos 4:36-37). Ananías y Safira, sin embargo, albergaron un espíritu codicioso que los llevó a mentir al Espíritu Santo (Hechos 5:1-11). La codicia es un pecado peligroso que mina la unidad, porque habita en el corazón y no es visible al ojo humano.

RECUERDEN A LOS POBRES.

“Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén” (Romanos 15:26).

El antídoto contra la codicia es dejar de pensar en uno mismo y comenzar a pensar en los demás. Esta es una obra que debemos permitir que el Espíritu Santo realice en nuestro corazón. En la iglesia primitiva se fomentó esta actitud como una prueba más de la unidad entre los creyentes. Por esta razón, Pablo animó a las iglesias gentiles a ayudar a la iglesia madre de Jerusalén en su necesidad, “para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios” (2ª de Corintios 9:11).

¿Qué elementos fomentaron la unidad en la Iglesia primitiva?
La oración.
La adoración.
La comunión.
El estudio de la Biblia.
La predicación del Evangelio.
El amor y cuidado mutuos.

Su unidad se manifestó en su generosidad y apoyo mutuo, tanto dentro de las iglesias locales como entre las iglesias más alejadas entre sí.

Nota de EGW: “Después del derramamiento del Espíritu Santo, los discípulos salieron para proclamar al Salvador resucitado, poseídos del único deseo de salvar almas. Se regocijaban en la dulzura de la comunión con los santos. Eran afectuosos, atentos, abnegados, dispuestos a hacer cualquier sacrificio en favor de la verdad. En sus relaciones cotidianas unos con otros, manifestaban el amor que Cristo les había ordenado revelar al mundo. Por sus palabras y sus acciones desinteresadas, se esforzaban por encender este amor en otros corazones” (Testimonios para la iglesia, tomo 8, pg. 251).

Nota de EGW: “Este testimonio con respecto a la fundación de la iglesia cristiana se nos da no solamente como una importante porción de la historia sagrada, sino también como lección. Todos los que profesan el nombre de Cristo deben estar esperando, aguardando y orando en unidad de corazón. Debieran abandonarse todas las diferencias, y la unidad y el tierno amor debieran llenarlo todo. Entonces nuestras oraciones ascenderían juntas a nuestro Padre celestial basadas en una fe fuerte y amorosa. Entonces podríamos aguardar con paciencia y esperanza el cumplimiento de la promesa”. (La historia de la Redención, pg. 257).

[pdf-lite linktext=»Descargar este resumen en PDF» icon=»2″ titlepage=»Resumen del Estudio Bíblico»]