Servir a los necesitados – Misericordia y justica en Salmos y Proverbios

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Versículo para memorizar. Salmos 82:3-4. “Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso. Librad al afligido y al necesitado; libradlo de mano de los impíos”.

Salmos y Proverbios son dos libros especialmente adaptados a los desafíos de vivir fielmente en medio de las experiencias y pruebas comunes de la vida. Ambos ofrecen ideas sobre la visión de Dios para la sociedad, y su preocupación especial por los pobres y los oprimidos. El clamor de los Salmos y la sabiduría de Proverbios es que Dios sí se da cuenta de lo que sucede e intervendrá para proteger a los que, con demasiada frecuencia, son ignorados o explotados. Y si así es Dios, también nosotros deberíamos serlo.

SALMOS: CANTOS DE ESPERANZA PARA LOS OPRIMIDOS

“Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, Ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente” (Salmo 9:18).

Las injusticias cometidas en este mundo de pecado acarrean sufrimiento, y pueden conducir a una vida de pobreza y exclusión. Para el pobre y angustiado, Dios es “refugio para el tiempo de angustia” (Salmos 9:9). Ante todo, tenemos la esperanza en que Dios va a hacer justicia: “El juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con rectitud” (Salmos 9:8). Aquellos que sufren las injusticias de este mundo, pueden confiar en un juicio justo. Entonces, cada uno recibirá su premio y su castigo por un Juez fiel y justo.

“¡LEVÁNTATE, DIOS!”

“Librad al afligido y al necesitado; libradlo de mano de los impíos” (Salmo 82:4).

Dios dio leyes justas que castigaban la opresión y el trato desigual entre las personas. Como Juez supremo, delegó su autoridad judicial en hombres que debían juzgar según esas leyes justas, y los llamó “dioses” (v. 1, 6). Pero, si en lugar de librar “al afligido y al necesitado… de mano de los impíos” (v. 4), los jueces no actúan con justicia, esto acarrea injusticias sociales, y Dios les pedirá cuentas por ello (v. 7). Aunque podemos sufrir por un veredicto judicial erróneo en esta tierra, hay un Juez sobre todos al cual podemos apelar para que juzgue nuestro caso con justicia (v. 8).

LAS PROMESAS DE UN REY

“Pondré mis ojos en los fieles de la tierra, para que habiten conmigo; sólo estarán a mi servicio los de conducta intachable” (Salmo 101:6 NVI).

¿Qué responsabilidad tienen los dirigentes de una nación en las injusticias que en ella se cometen? David conocía muy bien lo que implicaba que los dirigentes de la nación (Saúl y sus consejeros) se comportaran injusta y caprichosamente. Al ser coronado, decidió rodearse de personas íntegras y echar de su presencia a los que infaman, a los orgullosos, a los que hacen fraude, a los que hablan mentira, y a todo el que haga iniquidad (v. 5, 7, 8). La justicia y la misericordia marcan el liderazgo de aquellos que siguen esta máxima: “No me pondré como meta nada en que haya perversidad” (v. 3 NVI).

ANDAR CON EL SEÑOR

“Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios” (Salmo 146:5).

Salmo 146:6-9 nos anima a alabar a Dios, nuestro Creador, y poner nuestra confianza en Él, porque…

• Siempre mantiene la verdad
• Hace justicia a los oprimidos
• Da de comer a los hambrientos
• Pone en libertad a los cautivos
• Da vista a los ciegos
• Sostiene a los agobiados
• Ama a los justos
• Protege al extranjero
• Sostiene al huérfano y a la viuda
• Frustra los planes de los impíos

¿Qué mejor alabanza podemos tributar a Dios que actuando en nuestra vida, en la medida de nuestras posibilidades, igual que Él lo hace?

PROVERBIOS: MISERICORDIA CON LOS NECESITADOS

Consejos sabios del libro de proverbios que influyen en nuestro modo de vida:

• 10:4. No seas negligente, para no empobrecer.
• 13:23. Administra con sabiduría tus bienes, aunque sean pocos.
• 14:5, 25. Sé un testigo veraz. Sé honesto.
• 14:31. No oprimas al pobre, sé misericordioso con Él.
• 15:15-16. Sé feliz con lo que tienes.
• 16:8. No hagas injusticias para sacar beneficio.
• 16:11-13. Que todas tus transacciones sean justas.
• 17:15. No justifiques al malo, ni condenes al justo.
• 19:17. Da al pobre, haces un préstamo a Dios.
• 22:22-23. No robes al pobre ni aflijas al afligido. Dios juzga su causa.
• 28:14-16. Teme a Dios. No hagas extorsión. Aléjate de la avaricia.
• 30:7-9. Seas rico o pobre, no te apartes de Dios.

Nota de EGW: “Todo acto de justicia, misericordia y benevolencia produce melodías en el Cielo. El Padre desde su trono observa a los que llevan a cabo estos actos de misericordia, y los cuenta entre sus más preciosos tesoros. “Y serán míos, dice Jehová de los ejércitos, en aquel día cuando reúna mis joyas”. Todo acto misericordioso, realizado en favor de los necesitados y los que sufren es considerado como si se lo hubiera hecho a Jesús. Cuando socorréis al pobre, simpatizáis con el afligido y el oprimido, y cultiváis la amistad del huérfano, entabláis una relación más estrecha con Jesús” (Testimonios para la iglesia, tomo 2, pg. 24).

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