El libro de Job – Sangre inocente

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Versículo para memorizar. Heb. 11:1. “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.escuela-sabatica-4to-trimestre-2016

Si consideramos el sufrimiento no merecido en nuestro mundo, no podemos sino retroceder ante todo el horror que presenciamos en los medios. Sin embargo, el sufrimiento inocente nunca es inocente. Es parte de un mundo lleno de pecado que está en el proceso de ser destruido por satanás, y habitado por personas intrínsecamente pecadoras.

LA PROTESTA DE JOB.

“Aunque tú sabes que no soy impío, Y que no hay quien de tu mano me libre?”(Job 10:7).

Elifaz, Bildad y Sofar tenían un punto válido: Dios castiga el mal. El sufrimiento de este no era un caso de castigo retributivo, ni Job estaba recibiendo lo que había cosechado. Job era un hombre  justo y, por ello, no solo no merecía lo que le había sucedido, sino también él sabía que no lo merecía. Por eso, su queja fue tan amarga y dura. Lo que hace que todo sea más difícil de comprender para Job es que él sabía que había sido fiel a Dios. Job no estaba sufriendo por causa de su pecado. El libro mismo enseña lo opuesto: Aquí, Job estaba sufriendo, precisamente, porque había sido fiel. Los primeros dos capítulos afirman eso. Job no tenía manera de saber que esta era la causa; y, si lo hubiese sabido, probablemente su amargura y su frustración habrían sido peores.

¿SANGRE INOCENTE?

 “He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.” (Salmos 51:5).

Por otro lado, la Biblia habla acerca de la pecaminosidad y la corrupción humanas, lo que genera una pregunta válida acerca del significado de “inocente”. Si todos han pecado y han violado la Ley de Dios, entonces, ¿Quién es verdaderamente inocente? La Biblia es clara: el pecado ha impactado a toda la humanidad. La idea de la pecaminosidad humana no se encuentra solo en el Nuevo Testamento. Por el contrario, el Nuevo Testamento expande lo que se escribió en el Antiguo Testamento. Cualquiera que haya tenido una vislumbre de la bondad y la santidad de Dios, sabe de la realidad de la pecaminosidad humana.

Nota de EGW: “Todo pecado es egoísmo. El primer pecado de satanás fue el egoísmo. Él intentó hacerse del poder para exaltar su yo. Una especie de locura lo llevó a intentar sobreponerse a Dios. La tentación que llevó a Adán a pecar fue la falsa declaración de satanás de que le sería posible alcanzar más de lo que hasta allí había disfrutado. Ser como el mismo dios. De esa forma las semillas del egoísmo fueron sembradas en el corazón humano.”(C134, 1902).

SUERTES INJUSTAS.

“¿Qué cosa es el hombre para que sea limpio, Y para que se justifique el nacido de mujer?” (Job 15:14).

El pecado es un hecho universal sobre la Tierra; también lo es el sufrimiento. Y todo sufrimiento humano es resultado del pecado.

Nota de EGW: “Dios probó siempre a su pueblo en el crisol de la aflicción. Es en el fuego del crisol donde la escoria se separa del oro puro del carácter cristiano” (PP 122).

Por más lecciones que Job y sus acusadores pudieran aprender, y aunque Satanás sufriera una derrota por la fidelidad de Job, la suerte de esas otras personas no parece justa. El hecho es que estas cosas no fueron justas, ni correctas, ni buenas.

Nota de EGW: “En Job 15:14-16, Elifaz se reenfoca en la pecaminosidad humana al recordarle a Job que ningún hombre es puro. En ocasiones decimos que el sufrimiento purifica la visión y aclara los objetivos. A veces reconocemos que el sufrimiento que Dios permite que nos afecte, tiene el propósito de eliminar la “escoria” de nuestras vidas con el fin de que la pureza del carácter santificado pueda revelarse, como el oro bajo el fuego del crisol” (PP 108)

BASTA AL DÍA.

“Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.” (Mateo 6:34).

La Biblia refleja un hecho duro de la vida en nuestro mundo caído: el mal y el sufrimiento son reales. La fidelidad puede dar recompensas ahora, pero esto no significa que provea una barrera absoluta contra el sufrimiento y el dolor. Si no, pregúntale a Job. Jesús hizo lo opuesto. Reconoció la presencia frecuente del mal en nuestra vida diaria. ¿Cómo podría no hacerlo? Como Señor, él sabe más sobre el mal en el mundo que cualquiera de nosotros, y todos ya conocemos demasiado acerca de él.

COSAS NO VISIBLES.

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.” (Proverbios 3:5-6).

Como los primeros capítulos de Job han mostrado, y según la Biblia lo revela en otras partes, Satanás es un ser real y es la causa, directa o indirecta, de mucho sufrimiento. Sin embargo, es difícil entender por qué las cosas ocurren. Algunas veces –realmente, muchas–, las cosas no tienen sentido. En ocasiones como estas, cuando sucede lo que no entendemos, es cuando necesitamos aprender a confiar en la bondad de Dios. Hay una diferencia entre los que estudian el tema del sufrimiento sin Dios en la ecuación y los que incluyen a Dios al hacerlo. Es cierto que el problema del dolor y el sufrimiento es más difícil si creemos en la existencia de Dios, por los problemas que su existencia plantea respecto del mal y el dolor.

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