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Versículo para memorizar. Juan 14:26. “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo
que yo os he dicho”.
¿Es el Espíritu Santo una fuerza que emana de Dios o una Persona Divina al mismo nivel que el Padre y el Hijo? ¿Es importante la diferencia? ¿Afecta esto a nuestra relación con Dios? Esta semana aprenderemos más acerca de la personalidad del Espíritu Santo tal como se la describe en las Escrituras. Esta verdad nos ayudará a entender mejor el papel del Espíritu de Dios en nuestra vida. Y nos ayudará a obtener una comprensión más profunda de la importancia de la creencia en la personalidad del Espíritu Santo para nuestra vida espiritual. Solamente así podremos rendirle el amor, la reverencia, la confianza y la sumisión que él merece.
LA DESCRIPCION DE JESUS DEL ESPÍRITU SANTO
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre” (Juan 14:16)
“El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:14)
En Juan capítulos 14-16, Jesús habló acerca de las funciones del Espíritu Santo: Mora con nosotros, nos enseña, nos recuerda lo que sabemos, da testimonio de Jesús, convence, nos guía, nos habla lo que oye del Padre, anuncia el porvenir, glorifica a Jesús y nos hace saber acerca de Jesús.
Además de describirlo con cualidades personales, Jesús se refiere al Espíritu como “otro”. En griego, la palabra que se usa es “allo”, que significa otro del mismo tipo o clase, pero diferente. Aquí, Jesús usa “allo” en contraste consigo mismo. Él se iba, pero dejaba “otro” como Él: el Consolador. Así como Jesús es una Persona divina, el Espíritu también lo es. Y viene para ser nuestro “parakletos”; Consolador, Ayudador, Asistente, uno que es llamado para estar a nuestro lado.
ASPECTO PERSONALES DEL ESPIRITU SANTO. I Y II.
“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” (Romanos 8:16)
El Espíritu Santo posee características distintivas de una persona tales como: Tiene opinión propia; Intercede y gime; Tiene voluntad propia; Testifica; Ama; Estudia diligentemente; Habla; Se puede enojar; Se le puede mentir.
Nota de EGW: “El Espíritu Santo tiene una personalidad; de lo contrario no podría dar testimonio a nuestros espíritus y con nuestros espíritus de que somos hijos de Dios. Debe ser una persona divina, además, porque en caso contrario no podría escudriñar los secretos que están ocultos en la mente de Dios” (Ev 447).
Otro aspecto personal del Espíritu Santo.
“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13).
A pesar de la clara enseñanza bíblica sobre la personalidad del Espíritu Santo, sigue siendo difícil para nosotros verlo como una Persona. Después de todo, Jesús tomó nuestra misma naturaleza, y el Padre ha sido visto en visión con forma humana (Juan 1; Isaías 6; Daniel 7). Sin embargo, el Espíritu se manifiesta como paloma o fuego (Lucas 3:22; Hechos 2:3). Pero pensar en Él como un “poder” o “fuerza” es incoherente. ¿Cómo podríamos hablar del poder del Espíritu, si el Espíritu mismo fuese un poder (Romanos 15:13)? ¿Cómo podría haberle parecido bien algo si fuese una fuerza impersonal (Hechos 15:28)? ¿Podemos ser bautizados en el nombre de dos Personas y un poder (Mateo 28:19)?
Nota de EGW: “Hay tres personas vivientes en el trío celestial […] el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo” (Ev 446).
EL ESPÍRITU DE VERDAD.
“Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí” (Juan 15:26)
Jesús es la Verdad completa y absoluta. La Palabra es verdad porque nos da testimonio de Jesús. La Ley es verdad porque es el reflejo de Su carácter. El Espíritu Santo es llamado “Espíritu de verdad” porque su labor es exaltar a Jesús y guiarnos a una relación viva y fiel con Él. Pedir la dirección del Espíritu es abrir nuestro corazón a Jesús, pues ésta es una labor fundamental del Espíritu.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE?
“Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:18-19)
Aceptar que Dios vive en mí en la Persona del Espíritu Santo me ayudará a permitirle que me capacite para su obra, transforme mi mente y me haga cada día más semejante a Jesús. El Espíritu es el vínculo que nos une al Padre y al Hijo. Pecadores como somos, necesitamos entregarnos plenamente a Él. Pon hoy tu vida en las manos de Aquel que te ama, te guía, gime por ti y anhela verte cara a cara durante la eternidad.
Nota de EGW: “El Padre es toda la plenitud de la Divinidad corporalmente, y es invisible para los ojos mortales… El Hijo es toda plenitud de la Divinidad manifestada…El Consolador que Cristo prometió enviar después de ascender al cielo, es el Espíritu en toda la plenitud de la Divinidad, poniendo de manifiesto el poder de la gracia divina a todos los que reciben a Cristo y creen en él como un Salvador personal. Hay tres personas vivientes en el trío celestial; en el nombre de estos tres grandes poderes—el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo—son bautizados los que reciben a Cristo mediante la fe, y esos poderes colaborarán con los súbditos obedientes del cielo en sus esfuerzos por vivir la nueva vida en Cristo”
Cuando abrimos nuestro corazón al ministerio del Espíritu Santo, percatándonos de que él es el representante personal de Cristo, la tercera persona de la Deidad, él nos revelará a Jesús en toda su hermosura y glorificará al Cristo viviente en nuestra vida.
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