Cómo interpretar las Escrituras – Solo la Biblia: Sola Scriptura

Versículo para memorizar. Hebreos 4:12. “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.

Toda verdad debe ser probada por la Biblia, por toda la Biblia (Tota Scriptura) y solo por la Biblia (Sola Scriptura). Esto no significa que no exista inspiración fuera de la Biblia, o que no pueda haber otras fuentes que nos ayuden a entender determinados temas.

LA BIBLIA COMO NORMA IMPERANTE

“Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros” (1ª de Corintios 4:6).

El apóstol Pablo indica que no debe haber otra base doctrinal que las Escrituras (el Antiguo Testamento). Posteriormente, Pedro incluye los escritos de Pablo como base doctrinal (2P. 3:16), y Apocalipsis termina con la admonición de no añadir ni quitar nada a lo escrito en el Antiguo y Nuevo Testamento (Ap. 22:18-19). Hay fuentes, como la arqueología, diccionarios, concordancias, libros, comentarios, etc., que nos ayudan a comprender mejor la Biblia, pero que no pueden sustituirla.

“Solo la Biblia es el verdadero señor y maestro de todos los escritos y doctrinas de la Tierra (Martín Lutero).

LA UNIDAD DE LA ESCRITURA

“retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (Tito 1:9).

Siendo que Dios es el verdadero autor de la Biblia, podemos encontrar en ella perfecta unidad y armonía (2Tm. 3:16; 2P. 1:20-21). Esta unidad nos permite:

• Encontrar armonía doctrinal.
• Distinguir la verdad del error.
• Repudiar la herejía.
• Aplicar medidas disciplinarias.
• Corregir desviaciones de la verdad.

La unidad le da a la Biblia poder convincente y libertador. El Antiguo Testamento es la base del Nuevo y éste, a su vez, clarifica y amplia al Antiguo. Ninguno de ellos debe ser estudiado por separado.

LA CLARIDAD DE LA BIBLIA

“Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes” (Marcos 13:14).

Aunque hay algunos pasajes difíciles de entender (2P. 3:16), la Biblia es lo suficientemente clara para que la entienda cualquiera que la lea. Esto es especialmente cierto en relación con el tema de la salvación y la vida eterna. El ignorante y el sabio pueden entenderla por igual. Con la ayuda del Espíritu Santo, cualquiera que se acerca al texto con deseo de aprender más de Dios puede profundizar, y adquirir mayor conocimiento. No necesitamos recurrir a unos pocos elegidos o al magisterio de la iglesia para poder conocer el mensaje bíblico.

LA ESCRITURA INTERPRETA A LA ESCRITURA

“Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza” (Romanos 15:4).

A la hora de estudiar los pasajes bíblicos, ¿qué norma o regla debemos seguir para interpretarlos? Si la Biblia es la única regla de fe, debe ser también la única regla segura para ser interpretada. Daniel usó la Biblia para entender sus propios escritos (Dn. 9:2). El Nuevo Testamento está lleno de referencias directas e indirectas al Antiguo para apoyar posiciones doctrinales o interpretar los hechos (Lc. 24:27; Hch. 2:16-21; 1Jn. 2:2). Interpretamos la Biblia comparando versículo con versículo, dentro de su contexto, teniendo en cuenta todo lo que del tema se dice en la Escritura (Is. 28:10).

SOLA SCRIPTURA Y ELENA DE WHITE

“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones” (Joel 2:28).

En la Biblia encontramos a profetas que no escribieron nada, o cuyos escritos no fueron preservados (Nm. 21:14; Jos. 10:13; 1R. 11:41; 1Cr. 29:29; 2Cr. 35:25). Esto no implicaba que su inspiración fuera menor, puesto que Juan el Bautista –que no escribió nada– es el mayor de los profetas (Lc. 7:28). En los últimos tiempos, nuestros tiempos, Dios dice que habrá profetas inspirados. Elena G. White es uno de estos profetas. ¿Cómo deben ser interpretados los escritos de Elena G. White? ¿Qué autoridad tienen? Según ella misma explica, sus escritos deben ser interpretados a la luz de la Biblia y no al revés. Ella nunca enseñó ni tuvo la intención de que sus escritos pudieran sustituir en medida alguna a la Biblia. El propósito de las visiones dadas a la hermana White es la aplicación práctica de las verdades bíblicas a la realidad vivida por el pueblo de Dios en estos últimos tiempos. Nunca debemos usar sus escritos como base para enseñar una doctrina. La Biblia sigue siendo para la Iglesia Adventista la única norma de fe y práctica.

Nota de EGW: “Cuando hagáis de la Biblia vuestro alimento, vuestra comida y vuestra bebida, cuando hagáis de sus principios los elementos de vuestro carácter, sabréis mejor cómo recibir el consejo de Dios. Exalto la preciosa Palabra delante de vosotros hoy. No repitáis lo que yo he dicho: “La Hna. White ha dicho así”, y “La Hna. White ha dicho asá”. Descubrid lo que el Señor de Israel ha dicho, y entonces haced lo que él ordena” (Mensajes selectos, tomo 3, pg. 35). “Dios ha dado en su Palabra pruebas suficientes del divino origen de ella. Las grandes verdades que se relacionan con nuestra redención están presentadas en ella con claridad. Con la ayuda del Espíritu Santo que se promete a todos los que lo pidan con sinceridad, cada cual puede comprender estas verdades por sí mismo. Dios ha dado a los hombres un fundamento firme en que cimentar su fe” (El conflicto de los siglos, pg. 517).