Los hermanos de Jesús

Los hermanos de Jesús

No sé qué se siente ser el hermano de alguien muy famoso. Siempre he pensado que ha de ser una vida un poco frustrante, pero me imagino que uno aprende a lidiar con eso, y a sentirse orgulloso del éxito de su hermano.

A veces estos personajes han quedado tan eclipsados que la sola mención del “hermano de _____” provoca la reacción de: «¿en serio? ¿Tiene un hermano? 

No ha de ser fácil perder en buena medida la identidad propia, y llegar a ser conocido únicamente como el hermano de alguien. Algo así como cuando alguien está hablando de ti con otra persona, y a fin de hacerte recordable dice, por ejemplo: es el hermano de este muchacho que canta muy bien». Solo que en una medida mucho mayor. 

Y que a lo mejor incluso las personas que te conocen, tus amistades, te pregunten frecuentemente por tu hermano, no sé cómo podrá sentirse. Pero no creo que sea muy agradable.

Estaba mirando un blog de genial-guru.cdn donde enumeraban algunas parejas de actores famosos con sus hermanos que probablemente nadie sabía que existían. He aquí algunos de ellos:

Sylvester Stallone con su hermano menor Frank

Nicole Kidman con su hermana Antonia

Sandra Bullock con su hermana Zhezin Bullock

Sarah Jessica Parker con su hermano Pippin

Colin Farrell con su hermana Claudine

Kate Hudson con su hermano Wyatt Russell

Ben Stiller con su hermana Amy

Brad Pitt con su hermano Doug

Keanu Reeves con su hermana Kim

Scarlett Johansson con su hermano gemelo Hunter

Leonardo DiCaprio con su hermano Adam Farrar

Bradley Cooper con su hermana Holly

Apostaría que tal vez no conozcas a ninguno de estos que se han mencionado, o al menos a un 85% de ellos. A diferencia del revuelo que ocasionaría ver a uno de los famosos de la lista en el restaurante, cruzarse con su hermano probablemente pasaría casi desapercibido. 

Por otro lado, si te tomas una foto con uno de los famosos y la posteas en tus redes, de seguro tendrá muchas reacciones. Sin embargo, si colocas una con su herman@, ¿qué sucederá? «Ah, okey. Qué bien».

Bien, a continuación dedicaremos este artículo para repasar lo poco que sabemos acerca de unos hermanos que encabezan la lista de los más eclipsados debido a la popularidad de su pariente. La diferencia es tanta que mientras que en casi todos los artículos mencionamos el nombre del pariente, apenas contadas veces los hemos mencionado a ellos.

Se trata de los hermanos de Jesús.

¿Hermanos?

Me he cruzado con al menos un par de personas que ante la mención de que Jesús tuvo hermanos han querido apedrearme por hereje. Esto demuestra al menos dos cosas: 1) lo poco que algunos cristianos estudian las escrituras, y 2) la poca fama de la que gozan los hermanos del Salvador.

Pero sí, hay suficientes menciones en los evangelios y las cartas como para que no quepan dudas. Jesús tuvo hermanos.

Marcos 6:3 dice: “¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están aquí también con nosotros sus hermanas?”. Este mismo pasaje halla paralelo en Mateo 13:55-56.

Mateo 12:46 también dice que “Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar”. Relato registrado también en Marcos 3.31 y Lucas 8:19.

Otros textos como Juan 12:2, 7:3-5, Hechos 1:14, Gálatas 1:19 y 1 Corintios 9:5 reafirman esto mismo, que Jesús tuvo hermanos. 

La cuestión que se ha debatido desde hace muchos años es la naturaleza del parentesco de estas personas con Jesús. Es decir, ¿eran hijos de María y José, y por ende menores que Jesús? ¿Eran hijos de José en un matrimonio anterior, y por ende eran mayores que Jesús? ¿Eran parientes más lejanos, o primos?

La tercera postura es difícil de mantener, puesto que el énfasis en el lazo de hermandad de Jesús con ellos es el centro de atención en cada uno de los casos. Y siendo que se mencionan frecuentemente junto a María, la relación de parentesco inmediato es más obvia todavía.

El estudio del griego adelphos y el hebreo ah, palabras traducidas por “hermanos”, difícilmente arrojará más luz que lo que la exégesis de los pasajes indica. Y sin embargo, el análisis del uso de ellos en el NT revela que será el contexto el encargado de descifrar el tipo de relación de la cual se habla. 

Leer cada uno de ellos con detenimiento e informarse de los patrones culturales y familiares que existían en Israel en tiempos de Jesús debe ser suficiente para descartar que pudiese referirse a otro tipo de nexo familiar que la hermandad.

El asunto es, ¿qué clase de hermandad?

La iglesia católica ha defendido por mucho tiempo la segunda posición, que se inclina por un parentesco no sanguíneo de Jesús con sus “hermanos”. Por lo que se relacionaría con ellos a manera de hermanastro. Ellos serían hijos de José, y no de María.

Sin embargo, esta conclusión está más basada sobre intereses confesionales y doctrinales que sobre cualquier otra cosa. Al fin y al cabo, aceptar la primera posición implicaría negar el dogma de la completa virginidad de María.

En favor de esta posición se arguyen varias razones. La principal es que Jesús encomendó su madre al cuidado de Juan (Juan 19:26-27), de lo que se infiere que no tenía otros hijos. Otra razón es la manera irreverente con la cual sus hermanos le trataban (especialmente Juan 7:3-5); lo que sería evidencia de que Jesús era menor que ellos, según los estándares culturales de la época.

Otra razón que podría sumarse es que la repentina desaparición de José del relato bíblico (se supone que debido a su muerte), sugeriría que era de edad avanzada al momento de tomar a María por esposa. Lo que a su vez eleva las probabilidades de que haya tenido matrimonio e hijos previamente.

Finalmente, al considerar la opción número 1 quizás el texto más controversial es Mateo 1:25 donde se lee “pero no la conoció [José a María] hasta que dio a luz su hijo primogénito”. 

La mención explícita del título “primogénito”, que también aparece en Lucas 2:7, podría tener dos intenciones: afirmar a Jesús como el único hijo de María, o dar lugar a la posibilidad de que Jesús fue el primero, pero no el único hijo de María. 

Personalmente, al evaluar la evidencia considero que la opción más viable es la número dos. Jacobo, José, Simón y Judas eran hermanastros de Jesús, hijos de José en un primer matrimonio. Pero el solo hecho de que María no haya tenido más hijos después del nacimiento de Jesús, de ninguna manera sería razón para fundamentar sobre esa base su virginidad perpetua.

Difícilmente Mateo 1:25 puede omitir las relaciones sexuales como parte de la convivencia conyugal de María y José. 

Jesús y sus hermanos

Otro detalle digno de consideración aparte de la filiación familiar entre Jesús y sus hermanos, es la clase de convivencia que mantuvieron.

La narrativa evangélica es muy transparente al mostrar cómo su familia parecía estar en oposición al ministerio de Jesús. Le criticaban y juzgaban, pensaban que estaba loco, incluso llegaron a decir que estaba endemoniado.

Bueno, no me imagino cuál podría ser mi actitud si tuviese un hermano menor, y él fuese por allí de un lado a otro sanando personas, actuando como el Mesías, prácticamente sin descanso y enfrentándose francamente con los líderes religiosos de su tiempo.

En un principio lo trataron muy duramente, mas luego su actitud cambió. Tras su ascensión, vemos que sus hermanos tomaron parte del grupo de seguidores de Jesús (Hechos 1:13-14), lo que junto con la conversión de Pablo es una de las fuertes evidencias en favor de la resurrección de Cristo.

Solo hay una razón inequívoca para explicar el notorio cambio de actitud de sus hermanos para con Jesús: él se les apareció resucitado. Aunque los evangelios no lo registran, la primera recopilación escrita de las apariciones, 1 Corintios 15:4-7, menciona que Jesús se apareció individualmente a Jacobo. 

Sabemos, sin embargo, que no fue el único de sus hermanos que se unió a la comunidad de fe, puesto que se habla de ellos en plural (1 Corintios 9:5). Pero Jacobo sobresale de entre ellos; llegó a ser el líder de la iglesia en Jerusalén, y probablemente el escritor de la epístola de Santiago.

Otro de sus hermanos, Judas, se presume que fue el escritor del penúltimo libro del canon del Nuevo Testamento.

Reflexionando en cuanto a la relación de sus hermanos con Jesús, intento imaginar los sentimientos de sus hermanos después de su conversión, al rememorar lo rudos que habían sido con Cristo mientras vivió. Probablemente hayan deseado tragarse cada palabra y cada juicio pronunciado.

De seguro habrán pensado con cuán grande privilegio los dotó el Señor de permitirles ser los hermanos del redentor del mundo. Y con qué linda perspectiva habrán asumido después su caminar de fe. 

Estuvieron en una posición privilegiada, por supuesto. Pero no muy distinta de la que podemos tener tú y yo hoy. Pues recuerda las palabras de Jesús: “Todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los celos, ese es mi hermano, y mi hermana y mi madre” (Mateo 12:50).

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