Ian y Larissa comenzaron a salir en 2005 y se comprometieron para casarse. Antes de consumado el matrimonio, Ian tuvo un terrible accidente que lo dejó con una lesión cerebral que afectó su motricidad y capacidad de habla. Para Larissa esto no fue motivo de desistir, de igual manera perseveró y se casó con él.
Less Brown y Helen nacieron ambos el 31 de diciembre de 1918. Se cruzaron en la secundaria y se enamoraron, pero la familia de Less no la aceptó por no ser de familia pudiente. Cuando cumplieron 18 años se escaparon y se casaron en California del sur, donde formaron una linda familia.
Helen enfermó de cáncer de estómago y murió el 16 de julio de 2013. Less sufría de Parkinson, y murió al día siguiente. ¡Después de más de 75 años de matrimonio!
Jack y Phillys Potter se conocieron el 4 de octubre de 1941 y fue amor a primera vista. Vivieron juntos en Kent, Inglaterra, por casi 50 años. Luego Phillys enfermó y tuvo que ser internada.
Jack no quiso permitir que la demencia se llevara al amor de su vida, así que todos los días le lee historias de su relación y le muestra fotos. Ella, aunque ha olvidado muchas cosas, no ha olvidado el amor que tiene por su esposo. Llevan casados más de 70 años (hasta el 2016) [Tomadas de lainformación-com.cdn.ampproject].
¡Con que también en la vida real existen las historias de amor! Pero, ¿qué se necesita para protagonizar algo así?
En la Palabra de Dios se encuentra de todo. Y, sin duda, una de sus porciones más hermosas es el poema del amor en 1 Corintios 13. Una obra artística de alta categoría, una descripción inspiradora, realista y profunda, del sentimiento que mueve el mundo entero, el amor.
Podemos dividir el poema en 3 secciones. La primera, a manera de introducción, resalta la supremacía y la centralidad del amor (13:1-3), la segunda destaca las cualidades del amor (13:4-7), y la tercera, a manera de conclusión, afirma la eternidad del amor (13:8).
Lo interesante es la manera cómo Pablo comienza y termina la sección central. Lo hace con dos términos que bíblicamente y prácticamente se encuentran muy relacionados, y estos son makrothumeo y hupomenó.
“El amor es sufrido [makrothumeo]” (13:4), “Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta [hupomenó] (13:7).
Los dos términos son traducidos a menudo como “paciencia”; sin embargo, la idea que transmiten es ligeramente diferente.
El primero tiene que ver con la longanimidad, la espera, el aguante, soportar, la paciencia pasiva que tenemos hacia algo. Es la clase de actitud que necesitaríamos si un coronel nos mandara a permanecer todo un día parados en el patio bajo el sol y la lluvia con las rodillas semi-flexionadas.
Por otro lado, el segundo sugiere también aguante, espera, pero con el componente de la perseverancia y la acción. Es una paciencia activa, la clase de actitud que necesitamos para terminar de correr un maratón montañoso de 62km cuando ya no podemos más.
Creo que Pablo está muy consciente de lo que está diciendo cuando coloca estos dos verbos al principio y al final.
El amor verdadero, el que construye las historias, el de los matrimonios de 60 0 70 años, el de las verdaderas amistades y la familia, NECESITA saber sufrir los malos ratos, necesita la makrothumia: Paciencia con las fallas, paciencia cuando las cosas salen mal, aguantar a la familia, ser longánimo para perdonar y continuar…
El amor verdadero reconoce que las cosas no son perfectas, ni mucho menos color de rosa. Por eso se compromete a aguantar los momentos difíciles.
Pero aguantar no es suficiente. Se NECESITA disposición para enfrentar la adversidad, para subir la montaña o correr el maratón. El amor verdadero se compromete a luchar y perseverar contra lo que venga, sabiendo que una relación necesita del valor de ambos para mantenerse.
Lo cierto es que el amor humano a menudo nos decepciona. Por eso se piensa que este pasaje es una descripción del perfecto amor Divino. Un amor que Dios ofrece como don al que lo desea.
¿Qué dices?