Cómo interpretar las Escrituras – Idiomas, texto y contexto

Versículo para memorizar. Deuteronomio 31:26. “Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y esté allí por testigo contra ti”.

Aunque durante un tiempo Dios permitió que su Palabra sufriese una intensa persecución (Apocalipsis 11), en el tiempo del fin –nuestro tiempo– Dios ha permitido que la Biblia pueda ser leída por el 95% de la población de la Tierra. Las Sociedades Bíblicas han jugado un papel fundamental en la traducción y distribución de las Escrituras. Aunque podemos leer la Biblia en nuestro propio idioma, necesitamos entender algunos conceptos sobre los idiomas y el contexto en el que fue escrita para poder tener una idea más clara de su mensaje.

CÓMO ENTENDER LAS ESCRITURAS

“Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón” (Hechos 26:14).

¿Por qué quiso Dios que se escribiese la Biblia?

• Para dar testimonio de su obra en la historia.
• Para darnos a conocer su plan de Salvación.
• Para enseñarnos a actuar con justicia.

Dios eligió un pueblo y les comunicó la verdad en su idioma, el hebreo. Los libros escritos a partir del exilio babilónico incluyen algunas partes en arameo, el idioma “universal” de la época. En Nuevo Testamento, sin embargo, fue escrito en griego “común”, el idioma que todo el mundo podía entender en ese momento. En la actualidad, podemos leer la Biblia en traducciones que nos permiten apreciarla y, principalmente, obedecer lo que enseña.

LAS PALABRAS Y SUS SIGNIFICADOS

“Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán” (Salmo 63:3).

Como en cualquier idioma, hay palabras en hebreo y griego que tienen diversos significados, o que transmiten ideas muy diversas, por ejemplo:

• Chesed. Gracia, bondad, amabilidad, misericordia, piedad, favor, justicia, gentileza, compasión.
• Shalom. Paz entre dos partes, paz interior, tranquilidad, totalidad, integridad, bienestar.

Igualmente, hay términos que son traducción de diversas palabras, como “remanente” (she’ār, pālat, mālat, yāthar, sārid y ‘aharît). Esta riqueza lingüística nos permite comprender de una forma más amplia el mensaje que Dios nos ha querido transmitir.

REPETICIÓN, FORMAS DE ESCRITURA Y SIGNIFICADO

“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27).

Podemos enfatizar una idea usando signos de exclamación, subrayando, o colocando las palabras en negrita o cursiva. Sin embargo, en el hebreo bíblico no existen esas posibilidades. Los autores bíblicos usan otras formas de énfasis para acentuar una idea. Una de ellas es la repetición de una palabra, como “creó”, o “santo”. Cuando se quiere enfatizar una cualidad divina, las palabras se repiten tres veces (Gn. 1:27; Is. 6:3; Jer. 7:4). Para enfatizar el desafío de Nabucodonosor contra Dios, por ejemplo, Daniel menciona 10 veces que el rey levantó una estatua (Daniel 3:1, 2, 3, 3, 5, 7, 12, 14, 18).

TEXTOS Y CONTEXTOS

“Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados” (Génesis 5:2).

Debemos entender el significado de las palabras en sí, pero también su uso en el contexto del libro, o del momento histórico concreto. Un ejemplo de esto es el uso de la palabra hebrea “adam”, que se puede traducir como el nombre propio de Adán (Génesis 5:3; cf. 2:23), o como humanidad (Génesis 5:2; cf. 1:27). El contexto nos ayuda a interpretar correctamente el mensaje de cada versículo. Según el contexto de Romanos 5:14, ¿cómo deberíamos interpretar el uso que da Pablo a la palabra “Adán” en este texto?

LOS LIBROS Y SU MENSAJE

“Las palabras de Amós, que fue uno de los pastores de Tecoa, que profetizó acerca de Israel en días de Uzías rey de Judá y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto” (Amós 1:1).

Conocer la autoría y el estilo en el que fueron escritos los diversos libros de la Biblia nos ayuda a comprender mejor su mensaje. Generalmente, conocemos perfectamente quién escribió un libro, e incluso la fecha en que se escribió (como ocurre con Amós). En otras ocasiones, podemos obtener esta información de la tradición judeocristiana. En algunas ocasiones, el momento histórico también es importante. Por ejemplo, no podemos entender correctamente el Éxodo si no hemos leído antes la historia registrada previamente en Génesis. Por otro lado, no podemos leer o interpretar de igual forma un libro poético, histórico, profético o epistolar.

Nota de EGW: “Escritos en épocas diferentes y por hombres que diferían notablemente en posición social y económica y en facultades intelectuales y espirituales, los libros de la Biblia presentan contrastes en su estilo, como también diversidad en la naturaleza de los asuntos que desarrollan. Sus diversos escritores se valen de expresiones diferentes; a menudo la misma verdad está presentada por uno de ellos de modo más patente que por otro… De aquí que encontremos en cada cual un aspecto diferente de la verdad, pero perfecta armonía entre todos ellos. Y las verdades así reveladas se unen en perfecto conjunto, adecuado para satisfacer las necesidades de los hombres en todas las circunstancias de la vida”