Esdras y Nehemías – Cómo hacer frente a la oposición

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Versículo para memorizar. Esdras 5:5. “Más los ojos de Dios estaban sobre los ancianos de los judíos, y no les hicieron cesar
hasta que el asunto fuese llevado a Darío; y entonces respondieron por carta sobre esto”.

La obra de Dios ha sufrido siempre la más acérrima oposición por parte de los enemigos de la verdad. Desde el mismo momento en que Dios facilitó los eventos necesarios para reconstruir el templo y la ciudad de Jerusalén, el pueblo judío tuvo que hacer frente a la oposición. Siempre que el pueblo se derrumbaba ante la presión, Dios los animaba enviándoles a las personas idóneas para reanudar la obra. Los hechos históricos relatados en Esdras 3-7 no siguen un orden cronológico, tal como estamos acostumbrados a utilizar. Después de mencionar la oposición de los samaritanos, se indica que Darío permite la reanudación de las obras del templo (Esdras 3:1-4:5). Entonces, en Esdras 4:6-23, se relatan las distintas oposiciones que tuvieron que afrontar DESPUÉS del decreto de Darío, para reconstruir la ciudad. A partir de Esdras 4:24, se retoma la historia de la reconstrucción del templo, según la orden de Darío.

COMIENZA LA OPOSICIÓN

“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?” (2ª de Corintios 6:14).

Cuando los israelitas comenzaron a edificar el templo, recibieron un amable ofrecimiento de ayuda de parte de sus vecinos, los samaritanos: “Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios” (Esdras 4:2). Esta solicitud de ayuda fue rechazada por dos motivos:

• Su adoración era, en realidad, idolatría: “Temían a Jehová, y honraban a sus dioses” (2ª de Reyes 17:33). Los judíos no querían contaminarse nuevamente con la idolatría.
• Eran enemigos declarados de los israelitas (Esdras 4:1). Una vez rechazada su ayuda, demostraron sus intenciones ocultas (Esdras 4:4).

LOS PROFETAS ALIENTAN

“Entonces se levantaron Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac, y comenzaron a reedificar la casa de Dios que estaba en Jerusalén; y con ellos los profetas de Dios que les ayudaban” (Esdras 5:2).

Los samaritanos se obstinaron en impedir la edificación del templo durante los reinados de Ciro, de Cambises y del falso Esmerdis. Los judíos no soportaron esta crisis. Usaron la madera que era para el templo para construir sus casas. Dios les envió “señales” para hacerles recapacitar (Hageo 1:5-11). Como no reaccionaron, envió a dos profetas: Hageo y Zacarías. Afortunadamente, sí que escucharon su mensaje. Cuando pusieron manos a la obra, Dios animó el corazón del rey Darío para que también les apoyase (Esdras 5).

INTERRUPCION DE LA OBRA

“Entonces, cuando la copia de la carta del rey Artajerjes fue leída delante de Rehum, y de Simsai secretario y sus compañeros, fueron apresuradamente a Jerusalén a los judíos, y les hicieron cesar con poder y violencia” (Esdras 4:23).

El templo fue terminado el año 515 a.C. Inmediatamente después, comenzaron las obras de reconstrucción de la ciudad de Jerusalén. Entonces, los samaritanos volvieron a oponerse a la obra. Consiguieron paralizar la obra en tiempo de Asuero [Jerjes] (Esdras 4:6). En 457 a.C. Artajerjes envió a Esdras, dando autonomía a Judá, lo cual permitió que la ciudad volviese a ser reconstruida. Pero el año 450? a.C., la obra volvió a ser interrumpida (Esdras 4:23). El miedo paralizó a los judíos, que se vieron impotentes para hacer frente a la violenta oposición.

NEHEMÍAS ACTÚA

“Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días” (Nehemías 6:15).

Lo que no pudo hacerse en 15 años se realizó en 52 días. Pero no fue fácil. Hubo mucha oposición. Nehemías tuvo que tomar diversas medidas:

• El pueblo se distribuyó alrededor del muro. Cada uno hacía su parte
• Se crearon turnos de vigilancia rotatorios, día y noche.
• Los constructores llevaban las armas en su mano (o su cintura) mientras trabajaban.
• Un trompetero estaba siempre al lado de Nehemías para dar la señal de alarma.

Estas medidas se tomaron después de haber orado al respecto. Ellos hicieron su parte, Dios hizo el resto.

HACIENDO UNA “GRAN OBRA”

“Y les envié mensajeros, diciendo: Yo hago una gran obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros” (Nehemías 6:3).

Según nos relata Nehemías, la oposición llegó de muchas formas:

• Burlas: 4:1-3.
• Ataque físico: 4:7-8. Norte: Sanbalat el samaritano. Este: Tobías el amonita. Sur: Gesem el árabe. Oeste: Los filisteos de Asdod.
• Problemas internos: 5:1.
• Conspiraciones: 6:2.
• Acusaciones de traición: 6:6-7.
• Falsos profetas: 6:10-13.

El falso profeta Semaías invitó a Nehemías a refugiarse en el lugar santo para salvar su vida. Pero Nehemías prefirió arriesgar su vida a quebrantar la ley de Dios (pues solo los sacerdotes podían entrar en los lugares santos).

Nota de EGW: “Como Nehemías, los hijos de Dios no deben temer ni despreciar a sus enemigos. Cifrando su confianza en Dios, deben ir adelante con firmeza, hacer su obra con abnegación y entregar a su providencia la causa que representan…
En toda crisis sus hijos pueden declarar confiadamente: “Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros?” Romanos 8:31. Por grande que sea la astucia con que Satanás y sus agentes hagan sus maquinaciones, Dios puede discernirlas y anular todos sus consejos. La respuesta que la fe dará hoy será la misma que dio Nehemías: “Nuestro Dios peleará por nosotros;” porque Dios se encarga de la obra y nadie puede impedir que ésta alcance el éxito final” (Profetas y reyes, pg. 476).

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